Una mujer sola siempre es un bocado apetitoso para un hombre. Una mujer en un bar, claro, o pagando las fotocopias ; una mujer sentada en la fila del banco, al lado de un tipo de camisa de rayas. Y es que una mujer sola, porque ha decidido pasar un tiempecito sola, no tiene por qué ser sinónimo de una pésima experiencia pasada, ni de un amor perdido o descartado. Aunque también.Sospechosamente, hay mujeres que suelen generalizar y nunca tienen pareja. Por encima del paso del tiempo, y de los novios de otras,. Y es que, por desgracia, no pueden estar de otra manera. No hay más que mirarlas. Se trata, sin duda, de las más peligrosas, las que fingen no estar pendientes de algo que buscan.
El caso es que no son las únicas. También están las que dejan, y las dejadas, o las que optaron valientemente por arruinarlo todo. Unas siempre serán las capaces, las que lo lograron, y las otras vivirán como las débiles,. Ambas desfilan en un mismo mundo agresivo de hombres que inútilmente intentan alcanzarlas, de miradas de mujeres recelosas por cualquier motivo, y de disculpas o excusas que no están obligadas a dar a nadie. Porque, pensándolo bien, ¿qué tiene de malo? Si, en un momento determinado, conveniente la necesidad de pasar una temporadita así, sin hombres, sin problemas, sin explicaciones y sin ataduras, y se piensa que es la mejor rutina porque cuenta con muchas ventajas, y una se pregunta por qué no lo hizo antes, ¿qué puede tener eso de malo?
El ser humano también disfruta estando solo., una mujer puede llegar a sentirse cómoda, a no arrepentirse de nada e, incluso, puede llegar un día en el que prefiera este hábito. Y lo transforme en costumbre. ¿Se la considerará un bicho raro por ese motivo? ¿Podrá vivir tranquila hasta que decida alterar su situación o hasta que insista en conservarla? Dependerá de ella, por supuesto, pero también de nosotros. . Nos ha tocado mover la ficha de la comprensión en este juego de locos en el que cada uno puede estar y puede ser como quiera.
